Como cada año en otoño, realizamos otra de las clásicas travesías espeleológicas por el Norte de nuestro país.
En ésta ocasión, Octubre de 2009, hemos realizado una de las integrales más famosas de la provincia de León, el sistema Valporquero. Acompañados de dos miembros del GES de Tolox y un compañero del GESUB de Ubrique. Aunque en este sistema pueden llevarse a cabo tres travesías: Valporquero-Covona, Sil de las Perlas-Valporquero y Sil de las Perlas – Covona, optamos por esta última, descendiendo por el Sil de las Perlas y siguiendo el curso subterráneo del Arroyo de Valporquero, saliendo después de varias horas por la espectacular boca de la Cueva de la Covona.
Ha sido por lo tanto esta travesía integral muy variada y espectacular, lo que unida a su sencillez técnica (siempre que no haya crecidas) ha hecho de ella un trazado atractivo de nivel medio. Descripción de la cavidad: Las mayores dificultades técnicas se centran en el descenso del Sil de las Perlas, que alcanza un desnivel de 138 metros, hasta su confluencia con el curso activo del río subterráneo.
Tras la boca de entrada aparece una rampa de 19 metros fácilmente destrepable, que acaba en la estrecha cabecera del P25. Este pozo se abre en el techo de una gran sala cubierta de formaciones. Una vez en esta se bajan algunos metros bordeando una gran formación y se remonta una pared de acanaladuras en forma de lapiaz, llamado el Paso de las Cuchillas, por la que se accede a una amplia galería concrecionada.
Tras bordear un P8 se llega a una corta gatera que da entrada a la Sala del lago, justo al final de un destrepe de 5 metros en un colada vertical, aparece el famoso estrechamiento cabecera del P33, agujero en el que es necesario colocar el descendedor en la baga de seguro. Este estrecho pozo es necesario descenderlo en tres tramos (17,11 y 5 metros), para evitar desagradables enganchones de la cuerda al recuperarla. De esta forma se alcanza la cabecera del P56, donde ya se oye el río. Su descenso se hace en dos tiradas de 25 y 31 metros, que quedan separadas por una gran zona concrecionada.
El tiempo estimado para el descenso de la sima oscila en unas dos horas. Una vez en el río se continúa por un tortuoso camino, donde numerosas coladas obligan a transitar unas veces por el río y otras por cornisas elevadas. Tras un corto lago se llega a la Sala de la Prensa, a partir de la cual la galería gana en dimensiones.
Luego se alcanza la zona donde el agua se precipita tumultuosamente por un brusco cambio de pendiente. Son Los Rápidos, donde la roca da lugar a pequeñas cascadas y marmitas. Tras un corto resalte se llega a la Sala Peñalba, la más grande del curso activo. En esta sala aparece la famosa Gran Cascada, un salto del río de 17 metros, en cuya base se ha horadado una profunda marmita. Aunque esta equipada es posible evitarla por la Vía del Paso de los Ingleses,
Se continua por el río, progresando por una serie de marmitas y lagos, hasta llegar a la Cascada del Cable, resalte donde un pasamanos de cuerda y cable os aleja de la caída del agua.
Un nuevo lago aparece tras el descenso, al que sigue una zona de rápidos. Estos toboganes se pueden bajar con la ayuda de una cuerda, que será necesaria más adelante en la Cascada de la Dificultad.
Después se alcanza el estrechamiento y el Lago del paso de la Muerte, al que siguen los últimos rápidos. Más adelante la galería comienza a abrirse hasta acabar en la Sala de las Perlas, una gran sala de 31 metros de altura, cuyo suelo está cubierto de gravas y donde el río acaba en un sifón.
Para completar la travesía y superar éste sifón se debe tomar la Galería de la M. Para ello se sube a una ventana colgada a 5 metros. Una vez en ella se sigue por un tubo freático, donde el aire se hace notar una fuerte corriente de aire. Tras varios metros se llega a un tubo vertical de 10 metros, en cuyo fondo aparece un charco de unos dos metros de longitud, que deja normalmente en el punto mas bajo, un espacio libre al techo de entre 20 y 30 cms.
Se trata de un sifón temporal cuyo nivel pude variar con el nivel del río.
Después de cruzar este crítico paso, se asciende por una rampa que finaliza en un tubo ascendente al que le sigue una inclinada rampa descendente.
Así se alcanza la salida por la Cueva Covona, por la que surge el río.